La
auditoría de cuentas anuales voluntaria de una empresa es aquella que no tiene
su origen en una obligación legal. De todos es sabido que la auditoría
obligatoria de las cuentas anuales de la empresa vine determinada por
imperativo legal e incluso considerada como un “impuesto revolucionario” por
muchos empresarios. En ocasiones, es hasta motivo de conflicto entre el auditor
de cuentas y el empresario por culpa de las tan temidas salvedades y provoca
unas tensiones que en el caso de las auditorias voluntarias no ocurre.
Según la Ley de Sociedades de Capital una
empresa está obligada a auditar sus cuentas cuando, durante dos ejercicios
consecutivos, a la fecha de cierre cumpla dos de los tres requisitos
siguientes:
-Que el
total de activo supere los 2.850.000 euros
-Que el
importe neto anual de la cifra negocios supere los 5.700.000 euros
-Que el
número medio de empleados en el
ejercicio supere los 50.
En cambio,
la auditoria voluntaria nace de una obligación contractual con terceros o de
acuerdos por los órganos de gobierno de la entidad.Vamos a
tratar de exponer cuales son, a grandes rasgos,
las ventajas de someter sus cuentas a una auditoria voluntaria.
La auditoría voluntaria se rige por los mismos
criterios que la auditoría obligatoria. El trabajo del auditor en una auditoría
voluntaria consiste en el examen, comprobación, confirmaciones y otros trabajos
que ejecuta el profesional y que suponen un amplio conocimiento del control
interno contable y extracontable de la compañía y, resultado de esto, se emite un informe de auditor sobre aquellos
aspectos mejorables de la empresa. El auditor verificara que los estados
financieros y por lo tanto la contabilidad sean correctos, tanto en la manera
de valorar sus activos y pasivos como en la exactitud aritmética de sus
operaciones detectando así errores contables y de valoración que llevarían
a una incorrecta liquidación de
impuestos y futuras sanciones tributarias.
Someter
las Cuentas Anuales de su empresa a una auditoría externa, de manera voluntaria
supone obtener un reconocimiento de fiabilidad sobre la información de ella
presentada y la constatación por parte de un tercero de un trabajo bien hecho
así como de una gestión bien llevada.
Al
someter sus cuentas a una auditoría voluntaria minimiza el riesgo que está
asumiendo al ser el administrador de su empresa. No existe mayor garantía sobre
un trabajo bien hecho frente a los accionistas, administradores, trabajadores y
terceros que la opinión favorable emitida por un profesional externo a la
compañía.
En
cuanto a obtener financiación frente a terceros también la auditoría voluntaria es una ventaja, nunca
está de más tener un informe de auditoría para solicitar una nueva línea de
crédito y también es aconsejable tener el informe de auditoria para obtener
financiación no bancaria.
Una
auditoría voluntaria también sirve para
verificar el funcionamiento de los sistemas de control interno de la empresa.
El auditor de cuentas tiene la obligación de verificar los controles de
salvaguarda de los activos de la empresa así como los mecanismos de gestión de la misma entre
los que se encuentra el control de la tesorería siendo esta un área especialmente delicada. Con estos
controles el auditor y el empresario se satisfacen de que no existan fallos de
seguridad que puedan comprometer la integridad de la empresa y más
concretamente de sus activos.
Es por
ello que, los servicios de auditoría de cuentas anuales de carácter voluntario,
cada vez se solicitan con mayor frecuencia por cuanto ayudan a mejorar la
gestión de los aspectos más relevantes de una empresa, verificando el sistema
de control interno y pudiendo subsanar eficazmente cualquier posible incidencia
o debilidad del funcionamiento de la empresa. Todo ello contribuye de manera
efectiva a generar confianza en socios y accionistas y credibilidad frente a
las entidades bancarias, además de repercutir directamente en la mejora de la
competitividad, productividad y rentabilidad de la empresa.
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